jueves, 13 de noviembre de 2008

Acerca de la violencia en Juárez


No podemos vivir ajenos a lo que sucede a nuestro alrededor, la comunidad salesiana de Juárez, hemos comentado y reflexionado sobre el contexto en el que Dios nos llama a vivir nuestros proyectos de vida, de comunidad y de intervención pastoral. No sentimos profundamente comprometidos en sembrar la esperanza de que la vida y la paz es posible, nos sentimos llamados a responderle a los jóvenes sobretodo frente al miedo o la desilusión que se transmite en el ambiente social. Sobretodo a fortalecer la fe de quien siente que Dios ha abandonado a merced del mal a su propia gente.

Compartimos con ustedes algunas reflexiones que hemos hecho:

1. En general creemos que todo este ambiente puede provocar al interior de las personas tres reacciones:
-Miedo que paraliza, que te hace sentirte inseguro, que te enferma, que te obsesiona y que te hace vivir encerrado o de plano si tienes posibilidades cambiarte de ciudad o hasta de país. Este miedo busca culpables, e ingenuamente deposita en propuestas simplistas la razón de su temor. Es difícil distinguir lo complejo del sistema social al que se le teme, pero provoca pasividad y un cierto fariseísmo que segmenta en grupos de buenos o malos.
-Rabia, deseos de venganza, impotencia que provoca un coraje social contenido, que te altera que te pone a la defensiva, que te hace buscar tus propias soluciones, a veces igualmente agresivas o violentas. Que busca la revancha, que piensa que en la posesión de un arma se puede respaldar la seguridad. Que cree que la violencia se resuelve con violencia.
-Indiferencia, que te hace frío, insensible, egocéntrico. Donde el numero de muertos son solo cifras, Esta indiferencia me parece que es la peor actitud, pues se vive en una pasividad y determinismo fatalista, que te hace vivir el presente de una manera inmeditista, es decir solo lo que pasa en el momento es lo valido, no hay proyecto, no hay futuro, la muerte llega cuando te toca, y nada más.

2.Los jóvenes de nuestros oratorios han vivido en ambientes inseguros y violentos desde hace muchos años, los barrios en los que viven han sido testigos de peleas entre pandillas, de lucha por su territorio, de narcomenudeo, de robos, de extorsiones, solo han agregado un ingrediente mas a la escena de la colonia: la presencia intimidante de militares y federales. Quizás las reacciones más comunes sean más parecidas a la indiferencia o a la rabia. De por si hay un cierto determinismo que te hace vivir al día, hasta el momento en que te toque morir, del cual hagas lo que hagas no te salvas.

3. La violencia e inseguridad en la que vivimos es más compleja de lo que alcanzamos a ver. Es muy simplista afirmar que todo es culpa de un grupo de gente mala. ¿Cómo no va a vivir violenta una sociedad que no ha puesto suficiente atención en la educación de sus niños y sobretodo de sus adolescentes? ¿Cómo no va a ser testigo de violencia una sociedad que vive estimulada por programas de televisión, por películas, por canciones, por videojuegos que exaltan la agresión como medio de supervivencia legitima, que aprueba el odio y la venganza como alternativa, que impulsa, reconoce y premia la corrupción, la ilegalidad, la impunidad, como medio de felicidad, o de éxito?. ¿Cómo va a reaccionar una sociedad que estimula el consumismo y el poder como los valores jerárquicos más altos sobre de los cuales podrían girar cualquier otro valor? ¿Con qué elementos cuenta una sociedad que ha perdido el valor del respeto, que no lo distingue? ¿Con qué cuenta una sociedad que se ha quedado sin Dios o que lo ha reducido a un código de moral individualista o a ritos? La paz no se construye solo con discursos, ni siquiera con marchas, protestas, oraciones…. La paz la construimos todos, pues somos corresponsales del ambiente en que vivimos. La paz la construimos en la medida que nos replanteamos nuestra escala de valores, la paz la alcanzaremos cuando la justicia social sea una realidad, cuando la educación impacte efectivamente en nuestros niños y jóvenes. La paz social no es ausencia de conflictos sino la capacidad de resolverlos sin violencia y con justicia.

4. El mejoramiento de la vida social y la seguridad en nuestro querido Juárez, no puede ser fruto de la intervención de agentes externos o de superhéroes, sino se toma conciencia de comunitariedad, o de mi corresponsabilidad en la construcción del bien común. Si en mi jerarquía de valores esta el poder o el dinero como lo más importante, aun sobre la vida o respeto de los demás, la anhelada paz será un sueño frustrante.

5. Nosotros la comunidad salesiana, como miembros de nuestra Iglesia Diocesana estamos comprometidos por impulsar la esperanza, la confianza en Dios y en la misma humanidad, principalmente en sus jóvenes. Formamos parte de los que creen que sembrando a Dios en los corazones podremos encontrar fuerza y motivos para buscar la construcción de una sociedad mas humana, mas justa, podremos replantearnos nuestros valores y podremos construir juntos alternativas a nuestros problemas.

6. En Juárez hay MUCHA, PERO MUCHA gente buena y trabajadora, que ama su ciudad, que aun cree, espera y construye espacios de vida. Somos una ciudad con una historia rica en anécdotas por sobrevivir de momentos difíciles, y nos sentimos muy orgullosos y contentos de vivir aquí, de aportar optimistamente una gran confianza en Dios y un profundo deseo por contribuir a la paz social. Damos Gracias a Dios por invitarnos a dar testimonio de su evangelio aquí, junto a nuestros hermanos juarenses; y de manera muy significativa para nuestros muchachos y muchachas.

SDB: P. Hugo Orozco, P. Víctor Escalante, P. Eduardo Dávalos, P. José Méndez
Voluntarios: Pablo Santos y Marinaayin Attwell
(Comunidad Salesiana de Cd. Juárez)

1 comentario:

Anónimo dijo...

DIOS TE BENDICE Y MARIA AUXILIADORA TE CUBRE CON SU MANTO, ES MI MENSAJE DIARIO A MI HIJA, VIA TELEFONO CELULAR, Y ES EL MISMO SALUDO QUE TRANSMITO A USTEDES Y SU LABOR EN JUAREZ, EN ESPECIAL A SUS VOLUNTARIOS PABLITO Y MARINITA, SOY MAMÁ ADS, DEL CENTRO DON BOSCO GUAYMAS, Y ESO NOS CAMBIÓ LA VIDA.