(Guadalajara, Jalisco – 8 de diciembre de 2009) – En la víspera de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, los Salesianos que forman parte de las comunidades salesianas de la zona metropolitana de Guadalajara se reunieron para participar en una sencilla pero significativa convivencia.
El motivo del encuentro ha sido la próxima Navidad y han hecho de anfitriones los miembros de la comunidad de la obra de San Panchito.
Además de compartir los alimentos, los salesianos que se hicieron presentes pudieron tomar parte en el juego preparado por la comunidad local bajo una doble motivación “no siempre el regalo más grande es el más valioso” y “no hay que acumular riquezas”. De hecho el juego consistía en hacer girar un dado que concedía, a quien tirara 1 o 6, alguno de los premios disponibles, pero estos eran unos cuantos y la mecánica continuó durante alrededor de 20 minutos, por lo que los nuevos ganadores podían tomar el regalo elegido previamente por los anteriores ganadores. Al final los regalos fueron para quienes al agotarse el tiempo los tuvieran consigo.
No faltaron la tradicional petición de posada, algunos villancicos, un sencillo obsequio para cada salesiano y las buenas tardes, este último momento a cargo del P. Salvador Delgadillo, vicario del inspector.
Las imágenes son más elocuentes, por lo que bastaría ver las fotos del evento y también un pequeño video.
El motivo del encuentro ha sido la próxima Navidad y han hecho de anfitriones los miembros de la comunidad de la obra de San Panchito.
Además de compartir los alimentos, los salesianos que se hicieron presentes pudieron tomar parte en el juego preparado por la comunidad local bajo una doble motivación “no siempre el regalo más grande es el más valioso” y “no hay que acumular riquezas”. De hecho el juego consistía en hacer girar un dado que concedía, a quien tirara 1 o 6, alguno de los premios disponibles, pero estos eran unos cuantos y la mecánica continuó durante alrededor de 20 minutos, por lo que los nuevos ganadores podían tomar el regalo elegido previamente por los anteriores ganadores. Al final los regalos fueron para quienes al agotarse el tiempo los tuvieran consigo.
No faltaron la tradicional petición de posada, algunos villancicos, un sencillo obsequio para cada salesiano y las buenas tardes, este último momento a cargo del P. Salvador Delgadillo, vicario del inspector.
Las imágenes son más elocuentes, por lo que bastaría ver las fotos del evento y también un pequeño video.
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