jueves, 31 de diciembre de 2009

Año nuevo, ¿una oportunidad para la esperanza?


Al fin de un año más, hablamos de un tiempo nuevo. Sin embargo, las cosas no son muy diferentes de un día a otro; incluso existen motivos para preocuparnos al pensar en las dificultades y retos que el nuevo año nos presentará. Cada año nuevo suben los precios y los costos de la vida, vivimos en un clima de inseguridad y violencia en el cual el crimen organizado busca amedrentar a la sociedad, y además nos vemos envueltos en los males de siempre y que bien sabemos no se resolverán con el cambio de números en la fecha. Todo esto nos tienta a la desesperanza. ¿Qué de nuevo tendrá esta fecha? ¡Vanidad de vanidades!, ¿qué saca el hombre de toda la fatiga con que se afana bajo el sol? Una generación va, otra generación viene; pero la tierra permanece donde está. (Qo 1, 2.4).

Nuestra esperanza no puede cifrarse en los dígitos del año, la novedad no está en la medida del tiempo, sino en lo que permanece: las personas, la tierra... Dios; eso es lo que verdaderamente vale y lo que queremos celebrar. El año nuevo viene cargado de fatigas, pero también de promesas; pero éstas últimas corren el riesgo de perderse cuando dejamos a un lado la responsabilidad de hacerlas realidad el resto de los 364 días. La novedad no reside en la fecha, sino en nuestro compromiso de vida. Y esto para los cristianos es esencial, pues si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas(2 Co 5, 17). El tiempo de gracia no es mañana, es ahora; el celebrar el año nuevo es para nosotros un recordatorio de esta permanente tarea: hacer nuevas todas las cosas.

Y es también tiempo de agradecer los dones recibidos, de perdonar las ofensas, de interceder unos por otros. Dediquemos este año nuevo al Señor, quien hace nuevas todas las cosas (Ap 21, 5), que Él nos ayude a renovar nuestras vidas y anime nuestro compromiso para que este tiempo sea mejor. Los mejores deseos para este año nuevo nazcan en tu corazón. El año nuevo lo escribiremos nosotros, tengamos la confianza de que Dios camina en nuestra historia.

Dios te bendiga a ti y a tu familia en este 2010.

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