Inicio del Oratorio en Nuevo Laredo

El 27 de enero se realizó la bendición del terreno del Oratorio de Nuevo Laredo. El evento se llevó a cabo al aire libre, en el terreno destinado para el oratorio, sólo con unas lonas, que resultaron insuficientes para tantas personas que asistimos.

El terreno es agreste, todavía con maleza, todo asentado sobre un basurero con una capa de basura de varios metros. El P. Felipe Fernández Barba y el P. Wences se dieron previamente a la tarea de arrancar los matorrales y poner tierra para poder habilitar una franja de terreno para la celebración de dicho evento.

El terreno del oratorio se encuentra dentro de la parroquia de María Auxiliadora, ubicada en la periferia de la ciudad, en una zona muy pobre, donde viven personas en mini-casitas de Infonavit, otras personas en casitas muy rústicas en construcción y muchas personas en casas de cartón. La mayoría de las casas están todavía sin los servicios indispensables.

De parte de la parroquia, había muchísimas personas, provenientes de las diferentes capillas, destacando la presencia y la alegría de centenares de niños, adolescentes y jóvenes. Los coros de las capillas se reunieron para formar un coro especial para esta ocasión integrado con unos 70 integrantes.

Para el evento se invitó al Sr. Obispo, Don Ricardo Watty Urquidi, M.Sp.S., al Presidente Municipal de Nuevo Laredo con algunos acompañantes, algunas religiosas, a un grupo de jóvenes norteamericanos y a unos ingenieros y arquitectos. De parte de los salesianos estuvimos el P. Baltasar Rodríguez, director de la comunidad de Cd. Guadalupe, a la que pertenece la presencia de Nuevo Laredo y un servidor.

La celebración tuvo diversos momentos:
1. La Eucaristía, presidida por un servidor y concelebrada por los padres Baltasar, Felipe y Wenceslao.

2. La Bendición del terreno, impartida por el Sr. Obispo don Ricardo Watty, precedida por unas hermosas palabras con las que expresaba que con gusto estaba viendo que se estaba cumpliendo su sueño desde hace 18 años de que los salesianos estuviesen en Nuevo Laredo para tender a tantos jóvenes y niños necesitados. El Sr. Obispo se mostró muy jovial alegre, cercano con la gente y manifestó un gran aprecio por los salesianos. Está muy dispuesto a apoyarlos en todo.
3. Una hermosa cantata, con la participación de cerca de un centenar de niños, adolecentes y jóvenes, representada al aire libre en la tierra aplanada días antes.
4. Unos mensajes, de parte del P. Felipe, de un joven representante de la juventud y del Sr. Presidente Municipal, quien prometió ayudar a quitar la enorme masa de basura y poner tierra en el terreno.
5. El corte del listón, donde se develó una gigantesca manta con la figura de Don Bosco.
6. La Comida para toda la gente, a base de unos sabrosos burritos de mole.

A modo de conclusión, quiero terminar esta comunicación con tres consideraciones:

• Los salesianos estamos presentes en Nuevo Laredo, una ciudad difícil por la violencia, el narcotráfico, por la pobreza de su gente, por lo extremoso de la temperatura. Y estamos ubicados en la periferia, con los destinarios preferenciales, con personas necesitadas de todo, pero abiertas a la gracia de Dios y a la acción de Espíritu.
  Es una obra que inicia, con parroquia y oratorio, sólo con dos salesianos, con escasos recursos económicos, pero donde pude tocar con mano una gran vitalidad, entusiasmo y participación de numerosos jóvenes, niños y adolescentes, con una significativa cantidad de animadores y líderes, grupos, coros, donde pude ver rostros alegres y corazones llenos de esperanza.


• La celebración del inicio de actividades del Oratorio Salesiano ha sido todo un acontecimiento para la comunidad salesiana, lo mismo que para la Diócesis de Nuevo Laredo y para la ciudad. Es una obra con futuro, donde podremos hacer un inmenso bien a tantos jóvenes. Si no los atendemos ahora, serán víctimas de las drogas, del narcomenudeo y de otros muchos vicios. Creo que hemos llegado muy a tiempo a esta ciudad. Don Bosco se hace presente una vez más en otra frontera salesiana.


• Pido a Dios que este acontecimiento suscite en nosotros los salesianos los más profundos anhelos de renovación por nuestra pasión salesiana para desplegar toda nuestra creatividad y nuestro espíritu emprendedor y misionero para atender a los jóvenes en la comunidad a donde Dios nos ha enviado. Nosotros, que en otras ciudades tenemos mejores estructuras, mejor clima y más recursos, podemos hacer mucho por nuestros jóvenes, con gran creatividad y empeño.

P. Javier Prieto Medina, SDB (Pastoral MEG )