jueves, 4 de junio de 2009

Presentación del Aguinaldo 2010



“Realmente no hay nada más bello que encontrar y anunciar a Cristo a todos”[1]

Con ocasión del centenario de la muerte de Don Miguel Rua, fidelísimo a Don Bosco y a su carisma, quisiera invitar a toda la Familia Salesiana a actuar como un verdadero movimiento de discípulos y de apóstoles de Jesús, y a comprometerse en la evangelización de los jóvenes.

El compromiso evangelizador es el fruto y la consecuencia de la identidad del discípulo del Señor Jesús que, siguiéndolo, se convierte en su misionero apasionado. Así queremos asumir el desafío de ayudar a los jóvenes “a mirar a los demás no sólo con los propios ojos y sentimientos, sino desde la perspectiva de Jesucristo”[2].

El aguinaldo de 2010 se inspira en el año paulino, que acaba de concluir, y en el Sínodo sobre la Palabra, durante el cual tuve una intervención sobre la narración de los discípulos de Emaús, contemplada como un modelo para la evangelización de los jóvenes por su contenido y por sus métodos.

“Señor, queremos ver a Jesús”
A imitación de don Rua,
como discípulos auténticos y apóstoles apasionados
llevemos el Evangelio a los jóvenes

Numerosos grupos de la Familia Salesiana se encuentran ya en sintonía con este compromiso. Como ejemplo os indico dos citas de los capítulos generales de los SDB y de las FMA.

El Capítulo General XXVI de los salesianos es consciente de la urgencia de evangelizar y de la centralidad de la propuesta de Jesucristo: “Consideramos la evangelización como la urgencia principal de nuestra misión, conscientes de que los jóvenes tienen derecho a oír el anuncio de la persona de Jesús como fuente de vida y promesa de felicidad en el tiempo y en la eternidad”[3]. Nuestra “tarea fundamental es por tanto la de proponer a todos el vivir la existencia humana como la vivió Jesús. (…) Debe ser por tanto central en la acción apostólica el anuncio de Jesucristo y de su Evangelio, juntamente con la llamada a la conversión, a la acogida de la fe y a la inserción en la Iglesia; de aquí nacen luego los caminos de fe y de catequesis, la vida litúrgica, el testimonio de una caridad activa”[4].

El Capítulo General XXII de las Hijas de María Auxiliadora reconoce que es el Amor de Dios el que nos empuja: “El cenáculo, el lugar donde los apóstoles se encuentran todos juntos, no es una morada estable, sino una base de lanzamiento. El Espíritu los transforma de hombres miedosos en ardientes misioneros que, llenos de coraje, llevan por los caminos del mundo el mensaje gozoso de Jesús Resucitado. El amor empuja al éxodo y a salir de sí mismo hacia nuevas fronteras para hacerse don: el amor crece por medio del amor[5]. María, que desde el cenáculo enseña a abrir las puertas, ha sido la primera que ha vivido la experiencia del éxodo y de ponerse en camino. La primera evangelizada se ha hecho la primera evangelizadora. Llevando a Jesús a los demás, ella ofrece su servicio, lleva alegría y hace experimentar el amor”[6].

Sugerencias para la realización del Aguinaldo
He aquí algunos elementos útiles para lograr que los grupos de la Familia Salesiana se comprometan a llevar el evangelio a los jóvenes. Es una propuesta para cada uno de los grupos, pero también para los consejos locales e inspectoriales de la Familia Salesiana.

1. Profundizar, con una adecuada reflexión, en los consejos locales e inspectoriales, en el planteamiento de la pastoral, de forma que sean operativas las opciones sobre la centralidad de Jesucristo, el testimonio personal y comunitario, la relación recíproca entre educación y evangelización, la atención a la diversidad de los contextos, la implicación de las familias.

2. Concretar en los consejos locales e inspectoriales las modalidades para hacer en común experiencias de evangelización de los jóvenes, según la “Carta de la misión de la Familia Salesiana”.

3. Suscitar en particular la colaboración de la Familia Salesiana, a nivel Inspectorial y local, para realizar la misión juvenil, como forma actualizada de anuncio y catequesis, implicando a los mismos jóvenes como evangelizadores de los jóvenes.

4. Valorar las Exortaciones Apostólicas de los sínodos continentales para precisar las prioridades y las formas específicas del propio contesto para la evangelización de los jóvenes. En el caso de América Latina adherirse a la “Misión Continental”, programada por la asamblea de los obispos, que ha tenido lugar en Aparecida; en el caso de la región de África y Madagascar seguir las indicaciones del próximo Sínodo de los Obispos.

Don Pascual Chávez Villanueva
Rector Mayor

Roma, 2 de junio 2009

1 Cf. BENEDICTO XVI, Sacramentum Caritatis, n. 84.
2 Cf. BENEDICTO XVI, Deus caritas est, n. 18.
3 CG26 SDB, n. 24.
4 BENEDICTO XVI, Lettera a don Pascual Chávez Villanueva, Rettor Maggiore dei Salesiani, in occasione del Capitolo Generale XXVI, 1 marzo 2008, n. 4.
5 Cf. BENEDICTO XVI, Deus caritas est, n. 18.
6 CG XXII FMA, Più grande di tutto è l’amore, n. 33.

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