domingo, 12 de abril de 2009

Resucitó!, la paz sea contigo














El Señor ha resucitado, y con Él se renueva nuestra esperanza! Para nosotros los cristianos, la muerte no es la palabra definitiva para el ser humano, sino la vida, una vida nueva, llena de optimismo. Quien verdaderamente se ha encontrado con Cristo, no tiene miedo de amar, como le sucedió a Mons. Luis Versiglia y a Don Calixto Caravario, protomártires salesianos y santos, asesinados en China al defender al grupo de catequistas que acompañaban: "¿Por qué no tienen miedo?", les decían sus verdugos, a lo que ellos contestaron: "¿Por qué habríamos de tener miedo si somos cristianos?"

La Pascua, el paso del Señor, es la liberación de la esclavitud de nuestros temores y de nuestros pecados, es el paso silencioso de Dios por nuestra vida que nos invita a no buscarle entre los muertos, sino en los vivos, a no sólo esperar la vida eterna, sino a construirla ya desde aquí. La transformación social, cultural y económica por un mundo más justo y fraterno, es un signo de la presencia del Resucitado en los corazones de sus fieles, no es de extrañar que el saludo de Cristo a sus discípulos sea el de la Paz, el Shalom (שלום) hebreo. La Paz, como decía la beata Teresa de Calcuta, "es un regalo de Dios y un compromiso de todos".

Así pues, el tiempo de pascua que hoy iniciamos es un tiempo de fiesta, en que recordando nuestra esperanza, nos compromete con el presente. Que la Paz y la Alegría que brotan del Resucitado inunden tu corazón y el de los tuyos. "Cristo ha muerto!, Cristo ha resucitado!, Cristo vendrá de nuevo!"

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