jueves, 2 de abril de 2009

La confianza, experiencia clave del Sistema Preventivo


Ecos del Congreso sobre Sistema Preventivo y Derechos Humanos

La confianza se concede, es un acto de gratitud y correspondencia que el individuo otorga a quien quiere, no se compra, no se impone, no la puede exigir quien no lo ha ganado o cultivado… y tiene una fuerza y una autoridad moral que no se puede imaginar.

Gran acierto para el éxito de Don Bosco en su propuesta educativa es GANARSE LA CONFIANZA de los muchachos como el único camino para ingresar a su corazón y poder ofrecer orientaciones significativas.

No podemos imaginar nuestra tarea educativa sin partir del principio de la confianza, solo ganando la confianza de joven podremos ser reconocidos por ellos como sus educadores, independientemente de nuestros puestos, jerarquías, roles o lugar ocupado en el organigrama. Esta es la magia del Sistema Preventivo de Don Bosco que coloca en la generosidad del joven la llave o el punto detonante para la relación educativa. Esta es la magia que nos hace significativos o nos otorga “autoridad” aun ante los casos más rebeldes.

Quiero compartir algunos principios que pueden ayudarnos a tomar en serio la tarea de ganarnos la confianza de los muchachos y muchachas:
Jamás se otorga confianza a quien me provoca miedo. El miedo nunca será detonante de confianza, todo lo contrario lo que me asusta me provoca desconfianza. Don Bosco insiste a sus salesianos la importancia de hacerse amar, más que hacerse temer.

La cercanía, la empatía y la intención de establecer contacto es el primer paso para generar confianza. Esta cercanía y empatía es propia de quien educa desde el sistema preventivo. Es una actitud honesta, real. Para los salesianos es un don especial que hemos recibido de Dios, el gusto y la predilección gratuita por lo jóvenes. Es una actitud que sabe reconocer y valorar la importancia de su existencia, como personas, independientemente de su edad, de la manera en que visten, de la forma en que hablan… “Me basta que sean jóvenes para que los ame”.

No voy a confiar en quien no conozco. El conocimiento mutuo de las personas hace posible establecer el terreno de las relaciones. Nadie ama lo que no conoce. Descubrirme a los jóvenes, es darme a conocer, que sepan que me gusta, que me ilusiona, que me disgusta. Igualmente es arte del educador salesiano descubrir las expectativas, la historia y la persona de los muchachos.

No voy a confiar en quien esta ajeno a lo que me gusta, a lo que me ilusiona. Es propio del mundo adulto juzgar y señalar los gustos “atrevidos” de la juventud, incluso es muy común hacer comparaciones devaluando o hasta haciendo burla. Don Bosco nos invita a partir de una paradigma diferente: “Hay que gustar lo que les gusta a los jóvenes para que a su vez ellos puedan estar abiertos a las propuestas de su educador”.

No puedes invadir mi territorio y pretender generar confianza. Por mas que nos cueste trabajo aceptarlo, el sistema preventivo exige al educador ser respetuoso con el educando. Así es, el respeto a los jóvenes incluye el saber reconocer los tiempos, los momentos para intervenir, no podemos asfixiarles, invadirles. Pero una vez ganándose la confianza el acceso al mundo de los jóvenes es tan natural y con un alto impacto.

Reconocer la alteridad, la existencia del otro, hacerla visible y ponderarla importante abre las posibilidades de la confianza. Cuando siento que mi existencia es significativa para alguien, que nos soy un número, o uno más del montón, que soy especial; se gesta en mi un fuerte deseo de corresponder y se abre un canal de comunicación profundo. ¿te puedes imaginar el impacto que causó en los muchachos de Valdocco, escuchar de labios de Don Bosco “Yo por ustedes trabajo, por ustedes estudio, por ustedes estoy dispuesto incluso a dar mi vida”?. Con semejantes palabras no puedes no sentirte importante.

Ganarnos la confianza de los jóvenes es tarea permanente para quien educa desde el Sistema Preventivo de Don Bosco; pero para los salesianos es nuestra especialidad, es nuestro mayor gozo, es nuestra realización, porque abre su corazón y nos otorga la posibilidad de ser SACRAMENTOS SIGNIFICATIVOS DEL AMOR DE DIOS.

P. Hugo Orozco
Comunidad Salesiana Ciudad Juárez

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