En estos días de semana santa durante los cuales en muchos lugares se llevó a cabo la Pascua Juvenil bajo el lema “Cristo Vive, rescata y fortalece a tu familia”, se ha vivido una nueva experiencia en una zona que podría ser muy nuestra para realizar nuestra labor como salesianos, en una zona llamada Lomas de Tabachines, en la periferia de la ciudad de Zapopan.
Se dice nueva por su origen y desarrollo, pues en un principio estuvo pensada como trabajo de una Parroquia, pero luego gracias a la apertura y ganas de trabajar del Párroco Enrique, dicho evento se abrió a algunas parroquias cercanas pensándose como un evento interparroquial. La respuesta fue positiva y al final se unieron 5 parroquias y lo que se proyectaba ser una pascua de 30 a 40 muchachos terminó siendo una pascua para 130 muchachos. Una experiencia de preparación récord en la cual se unieron los coordinadores (servidores como ellos suelen decir) de las parroquias para organizar y distribuir actividades, horarios, buscar lugares y un punto neutro para cada una de ellas (esto por la ubicación en la que se encuentran dichas parroquias: en pleno cerro). Las parroquias que participaron son: La Virgen de la Medalla Milagrosa, San Juan Bautista, San Judas, San Elías y Nuestra Señora de Guadalupe.
La Pascua inició con la celebración de la Pasión o domingo de Ramos a la cual asistieron algunos de los muchachos que luego estuvieron los demás días de la pascua juvenil, ya durante los días más fuertes que fueron de jueves a sábado en los que se siguió la temática sobre la familia en donde a través de dinámicas y profundizaciones sobre las mismas los muchachos fueron no sólo reflexionando sobre la situación de su familia sino también sobre lo que se celebraba cada día y ante lo cual había una respuesta positiva dentro de las celebraciones. Para las celebraciones de Jueves y Viernes nos unimos a las celebraciones que ya se tenían organizadas por las parroquias: la celebración del Jueves Santo estuvimos en la parroquia de San Juan Bautista igual el Viernes Santo en el Vía Crucis, la procesión del Silencio en la parroquia de San Judas. Ya para la celebración de la Vigilia se optó por que los muchachos vivieran la celebración en cada una de sus parroquias sobre todo haciéndoles hincapié en su inserción dentro de la vida y desarrollo de la parroquia a la que pertenecen. Nuestro trabajo fue de asesorar y no de hacer, de estar con ellos y no imponer, de ejercer el ministerio y estar a disposición de los muchachos.
Los frutos de dicha experiencia pueden ser varios, entre ellos el que pronto esa zona será nombrada Decanato y por lo tanto ya hay un indicio de pastoral juvenil (promovido por los mismos muchachos); se planearon actividades a realizar nuevamente juntos como el Pentecostés, Adviento y Semana de la Juventud; un fruto de esos días fue también en que todos los muchachos se confesaron para vivir de una mejor forma los días más importantes de nuestra fe.
Ha sido una experiencia que puede marcar una nueva forma de trabajo en los apostolados pues parece que nos “quedamos” con los que tenemos y puede que nos abramos a hacer un trabajo en conjunto con parroquias cercanas que estén abiertas y dispuestas a trabajar en esa forma. Deseamos que los frutos de estos días más que grandes conversiones o realización de actividades sea la vivencia diaria de un Jesús Resucitado. Felices Pascua de Resurrección!
Se dice nueva por su origen y desarrollo, pues en un principio estuvo pensada como trabajo de una Parroquia, pero luego gracias a la apertura y ganas de trabajar del Párroco Enrique, dicho evento se abrió a algunas parroquias cercanas pensándose como un evento interparroquial. La respuesta fue positiva y al final se unieron 5 parroquias y lo que se proyectaba ser una pascua de 30 a 40 muchachos terminó siendo una pascua para 130 muchachos. Una experiencia de preparación récord en la cual se unieron los coordinadores (servidores como ellos suelen decir) de las parroquias para organizar y distribuir actividades, horarios, buscar lugares y un punto neutro para cada una de ellas (esto por la ubicación en la que se encuentran dichas parroquias: en pleno cerro). Las parroquias que participaron son: La Virgen de la Medalla Milagrosa, San Juan Bautista, San Judas, San Elías y Nuestra Señora de Guadalupe.
La Pascua inició con la celebración de la Pasión o domingo de Ramos a la cual asistieron algunos de los muchachos que luego estuvieron los demás días de la pascua juvenil, ya durante los días más fuertes que fueron de jueves a sábado en los que se siguió la temática sobre la familia en donde a través de dinámicas y profundizaciones sobre las mismas los muchachos fueron no sólo reflexionando sobre la situación de su familia sino también sobre lo que se celebraba cada día y ante lo cual había una respuesta positiva dentro de las celebraciones. Para las celebraciones de Jueves y Viernes nos unimos a las celebraciones que ya se tenían organizadas por las parroquias: la celebración del Jueves Santo estuvimos en la parroquia de San Juan Bautista igual el Viernes Santo en el Vía Crucis, la procesión del Silencio en la parroquia de San Judas. Ya para la celebración de la Vigilia se optó por que los muchachos vivieran la celebración en cada una de sus parroquias sobre todo haciéndoles hincapié en su inserción dentro de la vida y desarrollo de la parroquia a la que pertenecen. Nuestro trabajo fue de asesorar y no de hacer, de estar con ellos y no imponer, de ejercer el ministerio y estar a disposición de los muchachos.
Los frutos de dicha experiencia pueden ser varios, entre ellos el que pronto esa zona será nombrada Decanato y por lo tanto ya hay un indicio de pastoral juvenil (promovido por los mismos muchachos); se planearon actividades a realizar nuevamente juntos como el Pentecostés, Adviento y Semana de la Juventud; un fruto de esos días fue también en que todos los muchachos se confesaron para vivir de una mejor forma los días más importantes de nuestra fe.
Ha sido una experiencia que puede marcar una nueva forma de trabajo en los apostolados pues parece que nos “quedamos” con los que tenemos y puede que nos abramos a hacer un trabajo en conjunto con parroquias cercanas que estén abiertas y dispuestas a trabajar en esa forma. Deseamos que los frutos de estos días más que grandes conversiones o realización de actividades sea la vivencia diaria de un Jesús Resucitado. Felices Pascua de Resurrección!
P. Javier Prieto
Casa Provincial
y Martín Delgado
Teologado, Tlaquepaque
Casa Provincial
y Martín Delgado
Teologado, Tlaquepaque
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