(ANS - Roma) - El grito de "Viva san Juan Bosco" resonó por primera vez el 1° de abril de 1934, al finalizar la fórmula de canonización proclamada por el Papa Pío XI. Era el día de Pascua, fecha en que se clausuraba el año Santo del XIX centenario de la Redención. El escenario fue la plaza y la basílica de San Pedro que ese día fueron colmadas de gente. "Es el momento más solemne. En toda la Basílica un silencio impresionante. El Papa, de pie, con la mitra en la cabeza, desde su cátedra, en la plenitud de su Sagrado Magisterio, pronuncia con voz alta y clara la fórmula de canonización". Esta es la descripción que hiciera entonces el Boletín Salesiano en el número especial de junio-julio, en el que se narraban los momentos que precedieron la proclamación de la santidad de Don Bosco. La revista, iniciada por el mismo Don Bosco, dedicó los números anteriores y siguientes al 1° de abril, a la preparación, a la crónica de la canonización y a los diversos festejos y eventos celebrados en Roma y Turín. En aquel número único especial de junio-julio del Boletín Salesiano fue publicada una crónica detallada de aquel gran día de alegría para la Iglesia y la Familia Salesiana. La elección de la fecha de la canonización, el día de Pascua, fue elegido "casi como coronación del año Santo", según mencionó el Papa Pío XI en la homilía del 1° de abril, y, ante la fuerte presencia aquel día de la Familia Salesiana, el Pontífice habló acerca del jubileo de los años 1933-1934, calificándolo como "un jubileo salesiano", un "año santo salesiano". El Papa, al describir el perfil y la obra del entonces nuevo santo, dijo también en su homilía: "todavía lo recordamos con inmensa alegría, en el lejano tiempo de nuestra juventud, por el consuelo y estímulo que significó en nuestros estudios, y con profunda admiración por las grandes obras que realizó y por sus eminentes virtudes".
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