La profesión religiosa es signo del encuentro de amor entre el Señor que llama y el discípulo, que responde entregándose totalmente a Él y a los hermanos. Es un acto que renueva y confirma la alianza bautismal para darle una expresión más íntima y plena. Al comprometerse públicamente ante la Iglesia, el salesiano comienza una vida nueva, que se realiza en la entrega a los jóvenes. (Const. 23)
La profesión religiosa es lo que hace a un salesiano ser salesiano. Consiste en el compromiso público con que se ofrece a Dios para vivir de acuerdo al carisma de Don Bosco, dentro de la Sociedad Salesiana. Por tanto, no se reduce sólo a la celebración, sino a todo un proyecto de vida que se asume como propio, viviendo los consejos evangélicos de obediencia, pobreza y castidad; y viviendo y trabajando en comunión con los demás salesianos y con toda la Iglesia.
Por la importancia de esta decisión, la Iglesia pide que no se haga la profesión religiosa de una vez para siempre, sino que haya un camino pedagógico de profesión temporal, para brindar al joven religioso la oportunidad de madurar en su vocación hasta que pueda hacer esta promesa para toda la vida.
Los salesianos de Guadalajara nos sentimos agradecidos con Dios por la Renovación de esta profesión que hicieron los hermanos: Ricardo Rivera, Luis Francisco Aldrete, Luis Alberto Sotelo y Víctor López por un año más; y Kennedy Delgado, Juan Pablo Navarro y Héctor Valdez por tres años. Los primeros continuarán con sus estudios de teología o de filosofía, mientras que los segundos serán destinados a diversas casas de la inspectoría para realizar su tirocinio. La celebración fue en la Capilla María Auxiliadora del Aspirantado Salesiano de Tlaquepaque, el día 15 de agosto, presidiendo la celebración Don Filiberto González, consejero mundial para la comunicación social, quien se encuentra en México para una visita de animación. Recibió la profesión el R. P. Salvador Cleofás Murguía, inspector de Guadalajara.
Al día siguiente, en el pueblo de San Antonio Tlayacapan, en la ribera del Lago de Chapala, se llevó a cabo la primera profesión de los hasta entonces novicios: Pablo Alfonso Cadenas, Fernando Hernández, José de Jesús Medrano y David Reynoso. La celebración fue presidida por el P. Inspector, pero la predicación corrió a cargo de Don Filiberto, quien agradeció al pueblo por todo su apoyo durante la permanencia del Noviciado en la colonia Chula Vista de este lugar. Los neoprofesos son la última generación de novicios formados en este pueblo donde tenía sede el Noviciado, puesto que los nuevos novicios han sido encomendados al Noviciado de Coacalco, como Noviciado nacional, al cuidado de los hermanos de la Inspectoría de México. A partir de ahora continuarán su formación filosófica en Huipulco, D.F.
Felicidades a estos hermanos que se comprometen ante Dios para los jóvenes, que el Señor los mantenga fieles al sueño que ha sembrado en sus corazones. Recordamos, que para los salesianos, toda llamada manifiesta que el Señor ama a la Congregación, la quiere viva para el bien de su Iglesia y no cesa de enriquecerla con nuevas energías apostólicas.
La profesión religiosa es lo que hace a un salesiano ser salesiano. Consiste en el compromiso público con que se ofrece a Dios para vivir de acuerdo al carisma de Don Bosco, dentro de la Sociedad Salesiana. Por tanto, no se reduce sólo a la celebración, sino a todo un proyecto de vida que se asume como propio, viviendo los consejos evangélicos de obediencia, pobreza y castidad; y viviendo y trabajando en comunión con los demás salesianos y con toda la Iglesia.
Por la importancia de esta decisión, la Iglesia pide que no se haga la profesión religiosa de una vez para siempre, sino que haya un camino pedagógico de profesión temporal, para brindar al joven religioso la oportunidad de madurar en su vocación hasta que pueda hacer esta promesa para toda la vida.
Los salesianos de Guadalajara nos sentimos agradecidos con Dios por la Renovación de esta profesión que hicieron los hermanos: Ricardo Rivera, Luis Francisco Aldrete, Luis Alberto Sotelo y Víctor López por un año más; y Kennedy Delgado, Juan Pablo Navarro y Héctor Valdez por tres años. Los primeros continuarán con sus estudios de teología o de filosofía, mientras que los segundos serán destinados a diversas casas de la inspectoría para realizar su tirocinio. La celebración fue en la Capilla María Auxiliadora del Aspirantado Salesiano de Tlaquepaque, el día 15 de agosto, presidiendo la celebración Don Filiberto González, consejero mundial para la comunicación social, quien se encuentra en México para una visita de animación. Recibió la profesión el R. P. Salvador Cleofás Murguía, inspector de Guadalajara.
Al día siguiente, en el pueblo de San Antonio Tlayacapan, en la ribera del Lago de Chapala, se llevó a cabo la primera profesión de los hasta entonces novicios: Pablo Alfonso Cadenas, Fernando Hernández, José de Jesús Medrano y David Reynoso. La celebración fue presidida por el P. Inspector, pero la predicación corrió a cargo de Don Filiberto, quien agradeció al pueblo por todo su apoyo durante la permanencia del Noviciado en la colonia Chula Vista de este lugar. Los neoprofesos son la última generación de novicios formados en este pueblo donde tenía sede el Noviciado, puesto que los nuevos novicios han sido encomendados al Noviciado de Coacalco, como Noviciado nacional, al cuidado de los hermanos de la Inspectoría de México. A partir de ahora continuarán su formación filosófica en Huipulco, D.F.
Felicidades a estos hermanos que se comprometen ante Dios para los jóvenes, que el Señor los mantenga fieles al sueño que ha sembrado en sus corazones. Recordamos, que para los salesianos, toda llamada manifiesta que el Señor ama a la Congregación, la quiere viva para el bien de su Iglesia y no cesa de enriquecerla con nuevas energías apostólicas.
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