sábado, 27 de septiembre de 2008

Como las coles de Don Borel...


Cuando Don Bosco comenzó su obra de los oratorios, lo corrían de un lado para otro con todo y sus muchachos. Una vez que estaban tristes porque los habían corrido de un lugar, un colaborador de Don Bosco, el teólogo Borel dijo el siguiente sermón:

"Las coles, queridos jóvenes, si no se trasplantan, no se hacen grandes y hermosas. Pues lo mismo ocurre con nuestro Oratorio... Demos de lado a los pensamientos tristes y pongámonos por completo en las manos del Señor, que él cuidará de nosotros... El pensará en el lugar conveniente para promover su gloria y nuestro bien" (MO 45)

Así nos pasa en momentos, cuando creemos tener todo seguro, todo planeado, los imprevistos nos obligan a buscar nuevas alternativas y modificar nuestros planes. Por eso, ahí es donde tenemos que crecer y mostrar todo lo que valemos, cada vez que nos tenemos que adaptar a situaciones nuevas tenemos que desechar todo aquello que es superfluo y afianzar lo que es necesario; cada vez tenemos que ser más fuertes y terminaremos siendo unos "lechugones".

En esta situación se encuentran los jóvenes del Aspirantado de 2° y 3° año de preparatoria, quienes han tenido que emigrar de Irapuato a San Luis Potosí, de ahí a Tlaquepaque y ahora tienen que regresar a Irapuato para poder continuar sus estudios de manera regular. El Aspirantado mantendrá su sede en Tlaquepaque, donde residen los muchachos de 1° año; pero quienes ya habían comenzado sus estudios tendrán que terminarlos en el sistema de la Universidad de Guanajuato, donde serán acompañados por el P. Pedro Mario Ayala. Buena suerte en este nuevo paso, y les deseamos fortaleza en esta penosa situación, de la cual sin duda, podrán sacar provecho tal como lo hacía Don Bosco.

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