Siguiendo la opción que hace poco tiempo obligó al Dicasterio ha apoyar programas salesianos para atención a los refugiados, más que a una misión nacional específica, este año implica un apoyo decidido y contundente a los programas que los hijos de Don Bosco van desarrollando para prevenir esta terrible enfermedad. Más allá de discrimanaciones y políticas de género, los hermanos y hermanas infectados con HIV-SIDA, son víctimas de la desesperanza y es justo ahí donde toca ayudarles a redescubrir su imagen de hijos e hijas de Dios, en medio de la enfermedad.
Dios quiera que podamos apoyar y conocer más estos proyectos, que tienen como prioridad ayudar a quienes más sufren por esta enfermedad: los niños y jóvenes, infectados o familiares.
Se puede descargar el material completo desde el portal mundial de los salesianos.
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