De hecho, antes de la fundación sancionada por la autoridad, tuvo lugar la verdadera fundación de su Sociedad, que lleva la fecha del período en el cual puso las bases de su minúsculo Oratorio de San Francisco de Sales. Sobre este punto no cambió nunca de idea, tanto él como, por otra parte, sus primeros colaboradores”.
Lo que hizo Don Bosco al llamar a un grupo de sus muchachos del Oratorio de Valdocco y la respuesta que ellos le dieron constituye, de hecho, una verdadera experiencia evangélica, con fuerte valencia simbólica y paradigmática: como Jesús, Don Bosco llamó a algunos jóvenes que estaban con él para compartir con ellos vida, sueños y misión; como Jesús, Don Bosco encontró sus colaboradores entre los que estaban junto a él; estar con él, aún siendo todavía tan jóvenes, fue la condición natural para ser invitados.
Así nació la Congregación Salesiana. Así nacimos nosotros. Aquellos dieciocho son nuestros ‘padres fundadores’, casi todos jovencísimos; excepto Don Alasonatti, con 47 años, y Don Bosco, con 44; Don Rua, director espiritual, tenía 22 años; Don Savio, el ecónomo, 24; los consejeros, todavía clérigos, poco más de veinte años. Es algo cierto: la Congregación salesiana ha sido fundada y se ha dilatado involucrando a jóvenes que quedaron convencidos por la pasión apostólica de Don Bosco y por su sueño de vida. Debemos narrar a los jóvenes la historia de los comienzos de la Congregación, de la que los jóvenes fueron ‘cofundadores’. La mayoría (Rua, Cagliero, Bonetti, Durando, Marcellino, Bongiovanni, Francesia, Lazzero, Savio) fueron compañeros de Domingo Savio y miembros de la Compañía de la Inmaculada; y doce fueron fieles a Don Bosco hasta la muerte.
Es de desear que este hecho ‘fundacional’ nos ayude a implicar cada vez más a los jóvenes de hoy en el compromiso apostólico por la salvación de otros jóvenes. Estar implicados significa llegar a ser terreno en el que crece con naturalidad la vocación consagrada salesiana. ¡Tengamos el valor de proponer a nuestros jóvenes la vocación consagrada salesiana!
Lo que hizo Don Bosco al llamar a un grupo de sus muchachos del Oratorio de Valdocco y la respuesta que ellos le dieron constituye, de hecho, una verdadera experiencia evangélica, con fuerte valencia simbólica y paradigmática: como Jesús, Don Bosco llamó a algunos jóvenes que estaban con él para compartir con ellos vida, sueños y misión; como Jesús, Don Bosco encontró sus colaboradores entre los que estaban junto a él; estar con él, aún siendo todavía tan jóvenes, fue la condición natural para ser invitados.
Así nació la Congregación Salesiana. Así nacimos nosotros. Aquellos dieciocho son nuestros ‘padres fundadores’, casi todos jovencísimos; excepto Don Alasonatti, con 47 años, y Don Bosco, con 44; Don Rua, director espiritual, tenía 22 años; Don Savio, el ecónomo, 24; los consejeros, todavía clérigos, poco más de veinte años. Es algo cierto: la Congregación salesiana ha sido fundada y se ha dilatado involucrando a jóvenes que quedaron convencidos por la pasión apostólica de Don Bosco y por su sueño de vida. Debemos narrar a los jóvenes la historia de los comienzos de la Congregación, de la que los jóvenes fueron ‘cofundadores’. La mayoría (Rua, Cagliero, Bonetti, Durando, Marcellino, Bongiovanni, Francesia, Lazzero, Savio) fueron compañeros de Domingo Savio y miembros de la Compañía de la Inmaculada; y doce fueron fieles a Don Bosco hasta la muerte.
Es de desear que este hecho ‘fundacional’ nos ayude a implicar cada vez más a los jóvenes de hoy en el compromiso apostólico por la salvación de otros jóvenes. Estar implicados significa llegar a ser terreno en el que crece con naturalidad la vocación consagrada salesiana. ¡Tengamos el valor de proponer a nuestros jóvenes la vocación consagrada salesiana!
Don Pascual Chávez
Rector Mayor
(fragmentos de la Carta 25 marzo 2009, ACG404)
Rector Mayor
(fragmentos de la Carta 25 marzo 2009, ACG404)
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