El Capítulo General 26 ha terminado sus labores, pero al mismo tiempo deja una gran tarea a los salesianos de todo el mundo. Los ojos del mundo salesiano se han concentrado en Roma para poder despertar el corazón de cada salesiano con la Pasión Apostólica de san Juan Bosco. Una oportunidad de renovación que no sólo aspira a transformar la vida interna de la Congregación, sino de toda la Familia Salesiana presente en 128 países del mundo entero.
En este Capítulo General ha sido reeligido Don Pascual Chávez Villanueva como Rector Mayor de toda la Sociedad Salesiana. Originario de nuestra Patria y de nuestra Inspectoría, ha aceptado su reelección con una fuerte confesión de fe en Cristo Resucitado:
“Hace seis años acepté diciendo que desde el primer momento de mi profesión había dicho “Si” y que no tenía ninguna razón para no aceptar; lo hice, tal vez, con menos conocimiento y mucho entusiasmo. Hoy después de seis años acojo de nuevo la expresión de la voluntad de Dios en el voto de los hermanos y la acojo como una expresión de su amor para conmigo para donar mi vida a los hermanos y a los jóvenes hasta el final. Al inicio de este año había dicho al Señor que quería recibir cuanto Él quisiera darme y la primera cosa que me ha dado ha sido la muerte de mi hermano… y esta vez me da 16.000 hermanos en quien pensar, a quienes amar y entorno a los cuales quiero organizar mi vida. Por ello le digo que si”.
[En la fila de abajo: P. Pascual Chávez - primero de izq. a der; P. Filiberto González - tercero]
También se eligió al resto de hermanos que ayudarán a la animación y gobierno mundial en el Consejo General. Entre ellos, fue elegido como Consejero Mundial para el Dicasterio de Comunicación Social el P. Filiberto González Plasencia, hasta entonces Inspector de nuestra Provincia de Guadalajara. En la carta dirigida a la Inspectoría también ha mostrado sus sentimientos de abandono a la voluntad de Dios y se encomienda a nuestras oraciones, de los salesianos y en especial de todos los jóvenes de la Inspectoría:
Fui elegido por la Asamblea Capitular para servir a Dios, a la Congregación y a los jóvenes, en el dicasterio para la comunicación social. Les aseguro que aun no entiendo lo que pasó, no entiendo las razones, ni despierto de la sorpresa. De lo que sí estoy seguro es que cuento con el amor, el apoyo y la presencia continua de Dios. De nuevo el Señor entró a mi vida pidiendo obediencia a de sus planes de salvación, para que dejara de lado los míos. Siento mucha nostalgia, más de la que se imaginan, por no estar cerca de la gente que tanto quiero y que me quiere, por no estar en mi querida Inspectoría de MEG, a la que debo todo y a la que quise darle todo cuando fui nombrado Inspector. Estoy seguro que Dios toma el lugar nuestro cuando nos pide, como a Abrahám, que salgamos de nuestra tierra, de nuestra parentela, de la seguridad de nuestra cultura, para dejarnos guiar por Él a una tierra prometida que sólo en Jesús muerto y resucitado encuentra cumplimiento.
Los núcleos temáticos del CG26
El propósito del Capítulo General no es sólo la renovación del Consejo General, sino prioritariamente reorientar ala Congregación sobre los puntos que tras un análisis de la realidad mundial, son de una urgencia especial, y que merecen la atención y la acción conjunta de todas las inspectoría y casas. Los núcleos tratados fueron:
El propósito del Capítulo General no es sólo la renovación del Consejo General, sino prioritariamente reorientar ala Congregación sobre los puntos que tras un análisis de la realidad mundial, son de una urgencia especial, y que merecen la atención y la acción conjunta de todas las inspectoría y casas. Los núcleos tratados fueron:
Vuelta a Don Bosco. Este núcleo ha puesto en evidencia la necesidad de conocer a Don Bosco y de amarlo más, estudiando el contexto en que vivió, el desarrollo de su mentalidad, las etapas de su vida. Se trata de una vuelta a su espiritualidad, a la “pedagogía del amor” que le inspiró y a la pastoral rica de pasión evangélica que le guió. Don Bosco, padre, maestro y modelo, es el icono vivo que nos invita a volver a partir de él, para proponer, actualizar y reforzar la identidad carismática. Todo salesiano está llamado a mirar a Cristo con los ojos de Don Bosco, a ponerse en su seguimiento con un estilo de vida obediente, pobre y casto, a dedicarse a los jóvenes con corazón libre y abierto, a evangelizar en particular a los más pobres. El bicentenario del nacimiento de Don Bosco en el año 2015 nos ofrecerá un tiempo oportuno para realizar un camino significativo de preparación. Esta celebración jubilar será una invitación a invocar a Don Bosco para que vuelva entre nosotros y solicita un compromiso para que cada uno de nosotros vuelva entre los jóvenes.
Urgencia de Evangelizar. La evangelización ha aparecido como uno de los grandes desafíos que la Congregación ve proyectarse para el futuro. Valor y audacia han sido los “leitmotiv” recurrentes con que las Inspectorías entrevén la propuesta evangelizadora para el tercer milenio. La centralidad de Jesucristo en nuestra acción pastoral, la promoción de una formación humana y cristiana, la catequesis sistemática, la confrontación con la Palabra de Dios y la experiencia de una profunda vida espiritual nos permitirán superar la pastoral del solo entretenimiento y de la sola promoción social. La educación está llamada a dar una gran aportación a la evangelización. Todo esto requiere que nuestras comunidades sean evangelizadas, para ser camino de evangelización, con salesianos auténticos, creyentes y creíbles. Deberán prestar mayor atención a los contextos regionales.
Necesidad de Convocar. En el corazón de la Congregación palpita el deseo fuerte de implicar, de convocar y de proponer a los jóvenes la experiencia carismática de Don Bosco. Se siente, hoy más que nunca, el desafío de crear una cultura vocacional en todos los ambientes, de modo que toda la pastoral juvenil pueda ser realmente vocacional. En el mundo salesiano hay una clara conciencia de que no podemos eximirnos de hacer propuestas concretas y explícitas que motiven y orienten a los jóvenes hacia una opción por las vocaciones apostólicas, sean laicales, presbiterales, o consagradas. Don Bosco se dio cuenta de que frente a las numerosas necesidades de los jóvenes él no podía con todo. Por esto apeló a la disponibilidad y a la competencia de numerosas personas. Un cuidado particular se pide para las vocaciones consagradas salesianas y especialmente para la vocación del salesiano coadjutor.
Pobreza evangélica. Los núcleos referentes a la pobreza evangélica y las nuevas fronteras han estimulado las Inspectorías a hacer una radiografía valiente de nuestro modo de vivir y del testimonio que damos y a mirar las fronteras de compromiso pastoral donde trabajamos en respuesta al grito existencial de los jóvenes que piden esperanza, que piden a Dios, que piden testigos. Un estilo de vida personal simple y austero, la disponibilidad para cualquier campo de la misión, trabajo y servicio por el Reino de Dios, el no estar vinculados a una obra, cargo o ciudad, harán creíble nuestro testimonio profético y nuestra confianza en Dios Providente, de hecho, y no sólo de palabra. Cada hermano y comunidad están llamados a superar las contradicciones y las incoherencias que no nos permiten vivir sin reservas en plenitud el servicio a los jóvenes más necesitados, superando la concepción de la misión como cumplimiento burocrático o de un horario, la seducción del aburguesamiento, del individualismo, y la indiferencia frente al drama mundial de la pobreza.
Nuevas fronteras. Ante las múltiples situaciones y las diversas necesidades de los jóvenes, Dios nos pide individuar las prioridades de la misión salesiana en la Inspectoría y en la obra local. La ascesis del sistema preventivo requiere ir a los jóvenes más necesitados y colocarnos donde ellos se encuentran. En diversas partes de la Congregación aparece que hoy todos los jóvenes están necesitados, pero que lo son sobre todo aquellos en que se acumulan la pobreza material, afectiva, espiritual y cultural. El espíritu nos impulsa a crecer en sensibilidad ante la realidad del joven oprimido, inmigrado, excluido y marginado. Como el buen samaritano, somos llamados a ir hacia los jóvenes y no sólo a esperarlos o a conformarnos con los que ya tenemos. Por esto, no debemos trabajar sólo dentro de nuestras obras, sino también en red con otras organizaciones y agencias educativas, en sinergia con la Iglesia local, con el territorio y la Familia Salesiana.
Dentro de unos días más, regresarán de Roma los Delegados de nuestra Provincia al CG26. El P. Fili, obviamente, vendrá a despedirse sólamente, pues tendrá que establecer su sede en Roma, en la Casa Generalicia. Por lo pronto, el Rector Mayor, nos ha pedido intensificar la oración para el nombramiento del nuevo Inspector de MEG, que aún no está definido y que implicará una consulta previa hecha por el Regional Don Esteban Ortiz en el próximo mes de mayo.
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